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Llegamos a Marieta y somos recibidos con niebla y una ligera helada, pero teníamos la esperanza que una vez fuésemos ganando altitud disfrutaríamos del sol. Las primeras cuestas nos sirven para entrar en calor. Llegamos a la bonita Ermita de Santa Marina. Esta Ermita sobrevivió a la orden de derribo del visitador de la diócesis en 1825, cuyo pórtico data del siglo XV.

En este punto decidimos dejar la cima de Albiturri para otra ocasión y visitar la más cercana y resguardada cima de Miritxa. Foto en la cima de Miritxa y almuerzo en su soleada cima. Repartimos chocolate y disfrutamos del mar de niebla que cubre Marieta. Bajamos hasta el autobús y volvemos a Vitoria-Gasteiz, donde nos despedimos hasta el próximo año.

 

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