La amenaza de la lluvia ha estado presente durante toda la mañana, pero hemos conseguido subir a San Miguel, eso si, aguantando algún chaparrón.

Almuerzo en la cima seguido de un bonito descenso por el hayedo y para terminar unos juegos en el pueblo, todo un logro superar las rampas de la cara norte de esta cima de Montes de Vitoria.